Todos sabemos que “hay que comer”. Y es que los alimentos nos aportan los nutrientes necesarios para desarrollar y mantener nuestro organismo en perfecto estado de salud. Además nos dan la energía necesaria para poder realizar no solo las funciones vitales corporales, sino cualquiera de nuestras tareas, desde levantarnos, o ir a trabajar, hasta bailar o escalar una montaña.

Comer bien no es sinónimo de “estar a dieta” o de “comer aburrido”, sino todo lo contrario. 

Hay que aprender a comer de la forma que nos sea más beneficiosa, que siempre será la mejor para nuestro organismo, y esto significa conocer los alimentos y también las diferentes formas de combinarlos y de cocinarlos, para así poder escoger las opciones que nos resulten más saludables y apetitosas. En mi consulta realizo tratamientos personalizados para resolver problemas en relación con la alimentación, desde sobrepeso u obesidad a enfermedades más graves (Crohn, espondilitis anquilosante, candidiasis crónica intestinal, etc). 

Cuando el organismo está enfermo, sus necesidades nutricionales van a ser distintas, por lo que tendremos que modificar la alimentación. La lista de enfermedades que se benefician de una alimentación adecuada es muy amplia.

• Trastornos metabólicos: aumento de colesterol, sobrepeso y obesidad, gota, etc. La obesidad acorta la vida y contribuye al mantenimiento de numerosas enfermedades. El estrés y la ansiedad son actualmente dos de las causas más importantes de aumento de la ingesta y por tanto de sobrepeso y de obesidad.

• Enfermedades del aparato digestivo: dispepsias, gastritis, estreñimiento, diarreas, flatulencia, candidiasis intestinal, colitis ulcerosa, etc. Todas las enfermedades que afecten al aparato digestivo se van a beneficiar de un cambio nutricional. El aumento de la permeabilidad del intestino delgado es un problema cada vez más frecuente, debido a la alimentación moderna y al abuso de medicamentos. Está implicado en numerosas enfermedades: alergias, intolerancias, espondilitis anquilosante, poliartritis reumatoidea, etc

• Enfermedades autoinmunes: Poliartritis reumatoidea, Espondilitis anquilosante, Esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, etc. El intestino tiene un importante papel en estos procesos, por lo que en su tratamiento, es imprescindible una adecuada alimentación.

• Reumatología: aumento de colesterol, sobrepeso y obesidad, gota, etc. Una mala alimentación es un factor fundamental en el origen y el mantenimiento de muchos reumatismos. Dolores de músculos, de tendones, cansancio, piernas pesadas, fibromialgia, osteoporosis, gota, etc, se van a beneficiar de una alimentación saludable y equilibrada.

• Enfermedad cardiovascular: la arteriosclerosis es la enfermedad vascular más frecuente y grave, y constituye una de las primeras causas de mortalidad en los países industrializados. Una buena alimentación y hábitos de vida saludables, van a ayudar a prevenirla.

• Prevención del envejecimiento prematuro (antiaging): una dieta sana y equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico, la toma de suplementos nutricionales adecuados, el bienestar emocional y la práctica del pensamiento positivo, nos pueden ayudar a mantener un aspecto saludable, un buen nivel de energía, y a mantener alejada la enfermedad.

• Nutrición en los niños: Cuidar la alimentación en un niño y enseñarle buenos hábitos es ayudar a que en el futuro sea un adulto sano. La alimentación tiene un papel muy importante en las alergias, problemas de piel, enfermedades ORL (bronquitis de repetición, bronquiolitis, etc), problemas de estreñimiento, diarrea, gases, obesidad infantil.

La Homeopatía se puede utilizar en cualquier campo de la Medicina, tanto en procesos agudos como crónicos. Unas veces será el tratamiento principal, y otras, puede asociarse tanto a tratamientos convencionales, como no convencionales tipo Acupuntura, Fitoterapia, Apiterapia, etc. Cualquier enfermedad puede de ser tratada con homeopatía, pero las que con más frecuencia se ven en consulta son:

• Enfermedades de la piel: dermatitis, eccemas, alergias, herpes de repetición, psoriasis, verrugas.

• Sistema nervioso: angustia, estrés, ansiedad, insomnio.

• Aparato digestivo: flatulencia, estreñimiento, diarreas, colon irritable.

• Problemas circulatorios: varices, hemorroides, hipertensión arterial.

• Cistitis de repetición.

• Afecciones respiratorias: estacionales, bacterianas o víricas.

• Enfermedades reumáticas.

• Cansancio, falta de vitalidad y de energía.

• Ginecología: reglas dolorosas, premenopausia y menopausia. Embarazo.

• Niños: bronquiolitis y bronquitis de repetición, alergias, catarros frecuentes,

estreñimiento, diarrea, gases. Hiperactividad, timidez.

Nivel estructural:
Dolores de espalda, cadera, contracturas, etc
Digestivo:
Hinchazón de vientre, gases, estreñimiento/diarrea
Cardiovascular:
Palpitaciones, cefaleas, coadyuvante en hipertensión, piernas pesadas

Neurológico:
Inestabilidad, mareos, falta de concentración, coordinación, estrés, insomnio
Metabólico:
Hiper/hipoglucemia, colesterol, sobrepeso
Emocional:
Ansiedad, depresión